La ciencia ha sido adoptada por mí como una forma de pensar poco. No quiero decir con esto que la ciencia no suponga un desafío intelectual, solo que en mi caso, me ayuda a mantener la mente enfocada y ocupada, sin dejar espacio a más pensamientos como los que se me ocurren cuando no tengo nada en mente. Así en más, he dejado que absorba gran parte de todos mis tiempos, duermo poco muchas veces, a deshora o mucho. Mis hábitos inentendibles parecen no ir acorde con el ritmo que está marcado, demoro mucho en pequeñas tareas, tratando de evitar lo cotidiano. Absorbida por otros lenguajes, voy perdiendo la capacidad de hilar pensamientos coherentes en el mío. El humor se vuelve volátil cuando los comandos programados para ejecutarse con rapidez demoran y comienzo a pensar. El cansancio está ahí como un vicio. Cansancio para no pensar tanto, para olvidar los pequeños inútiles detalles que no olvido. ¿Cómo recordar tanto y olvidar tanto más a la vez? La frustración del olvidar cosas importantes, rostros y situaciones, la frustración al recordar tanto sin importancia.